SILENT HILL F

El horror también tiene raíces japonesas

Esta saga ha sido todo un descubrimiento para mí. A pesar de conocerla desde hace años, nunca había jugado a ninguno de sus títulos hasta que el año pasado Konami y Bloober Team nos regalaron la obra maestra que es Silent Hill 2 Remake. Desde entonces, esperaba con muchas ganas esta nueva entrega que nos ha llegado hace apenas unas semanas. Hoy vamos a hablar de Silent Hill F.

Su ambientación en el Japón tradicional de los años 60 es uno de sus mayores atractivos. En concreto, la historia se sitúa en el misterioso pueblo de Ebisugaoka, una región tranquila en apariencia, pero marcada por leyendas ancestrales, cultos oscuros y una corrupción sobrenatural que se propaga como una flor envenenada. Me parece todo un acierto que, por primera vez, la saga se desarrolle fuera de la ya mítica ciudad que le da nombre. Este cambio resulta significativo, pero también valioso, porque demuestra que el espíritu de Silent Hill puede trasladarse a otros lugares sin perder su esencia simbólica y psicológica, aportando así variedad y frescura.



Además, si alguien tiene dudas sobre el acierto de esta decisión, conviene recordar que el guion está a cargo de Ryūkishi07, autor de Higurashi no Naku Koro ni y Umineko no Naku Koro ni, mientras que Akira Yamaoka regresa como compositor de la banda sonora.

La historia gira en torno a Shimizu Hinako, una joven atrapada en una familia disfuncional, un matrimonio concertado y fuerzas sobrenaturales que amenazan con consumirla. A través de su viaje presenciaremos rituales macabros, posesiones, sacrificios, alucinaciones y la aparición del aterrador Shiromuku, una entidad envuelta en niebla que persigue a Hinako durante todo el juego.

Exploraremos también el pasado del pueblo y el origen de un culto local que mezcla religión, sacrificios humanos y posesiones espirituales, todo ello, como no, fuertemente ligado al folklore japonés.

La atmósfera está a la altura de lo que se espera de la saga: se siente una extraña belleza que envuelve lo terrorífico. La inmersión es total, gracias a la densa niebla y a un magnífico uso de la luz, que muchas veces sirve como guía entre este mundo y “el otro”. Sin embargo, debo decir que no ha conseguido transmitirme el mismo terror que Silent Hill 2 Remake. Creo que la razón principal es su sistema de combate, del que hablaré a continuación.



Junto con el cambio de ambientación, el sistema de combate es otra de las decisiones arriesgadas del juego. Convencerá a algunos, pero decepcionará a otros. Nos encontramos ante enfrentamientos pausados, donde es esencial controlar el ritmo y las distancias, decidiendo entre ataques rápidos pero poco dañinos, o golpes pesados y devastadores que nos dejan expuestos unos segundos. La esquiva también juega un papel clave: si se ejecuta en el momento justo, el tiempo se ralentiza y se restaura la estamina.

Ahora bien, este sistema apenas evoluciona. Desde el principio hasta el final se mantiene prácticamente igual, limitándose a mejoras básicas de salud, estamina y cordura.

Solo tendremos combates cuerpo a cuerpo, dejando atrás las armas de fuego. Podremos llevar hasta tres armas a la vez, las cuales se irán desgastando y rompiendo si no encontramos kits de herramientas con los que repararlas.

La verdad es que he disfrutado del sistema. Hay cierta satisfacción en aprender a controlar los tiempos y a combinar los ataques con las esquivas. En ningún momento pretendo compararlo con los juegos de FromSoftware, pero ese proceso de aprendizaje, junto con la sensación de progreso y mejora, me ha resultado bastante similar en cuanto a sensaciones. Eso sí, en su tramo final hay un abuso de fases de combate que juega en contra de la atmósfera, quizá en el peor momento: el tercer acto y el desenlace.



En cualquier caso, pese a la evidente predominancia de la acción, también encontraremos numerosos puzles a lo largo de la aventura, y la mayoría están a la altura. Algunos, incluso, resultan bastante desafiantes.

Como hemos visto, NeoBards, el estudio taiwanés responsable del desarrollo, ha decidido arriesgar en varios aspectos. Otro de ellos es su peculiar forma de narrar la historia. Según he podido saber, existen hasta cinco finales distintos, cada uno con unos requisitos que se revelan tras completar el juego por primera vez. De este modo, con cada nueva partida iremos descubriendo más y más detalles del argumento. Eso sí, ninguno de estos finales cambia radicalmente lo que ya sabemos.

Yo, sinceramente, solo lo he terminado una vez. Me ha llevado unas diez horas, y no me he sentido con fuerzas para empezarlo de nuevo, aunque entiendo que así me pierdo parte de la experiencia.

En definitiva, si estás dispuesto a asumir y enfrentarte a una serie de cambios, Silent Hill F es un título muy disfrutable que confirma el regreso de la franquicia en plena forma.

Los próximos títulos confirmados de la saga son Silent Hill 1 Remake, nuevamente a cargo de Bloober Team, con lanzamiento previsto para 2027, y Silent Hill Townfall, programado para 2026. Este último está desarrollado por No Code y publicado por Annapurna, y se presenta como una antología de historias independientes.

Este año está siendo espectacular para todos los aficionados del género de terror, tanto en cine como en videojuegos.