ABSOLUM

La sorpresa del año

No puedo decir que sea un veterano de los roguelike. He jugado unas cuantas partidas sueltas a Spelunky y a Enter The Gungeon… hasta que llegó God Of War: Ragnarök Valhalla y me hizo descubrir de verdad las bondades (y los sufrimientos) de este tipo de fórmula jugable.

Y ahora, terminando 2025, me encuentro con un título que me ha volado la cabeza y que ya se ha colado en los primeros puestos de mi lista de juegos del año: Absolum.

Desarrollado por DotEmu, Guard Crush y Supamonks —autores de Streets Of Rage 4 y TMNT: Shredder’s Revenge—, este juego mezcla lo mejor de los roguelike y los beat ‘em up de scroll lateral… dando vida a un nuevo género que ellos mismos llaman rogue ’em up.

En Absolum nos embarcamos en una aventura épica dentro de un mundo de fantasía, donde tomamos el papel de los héroes de Talamh para plantar cara al tiránico rey Sol Azra. Una premisa clásica, sí, pero con una ejecución tan pulida, intensa y divertida que resulta imposible no quedarse atrapado desde el primer combate.



Uno de los puntos fuertes de esta propuesta es su llamativo diseño artístico, inspirado fundamentalmente en el cómic, y que le sienta genial. Luce precioso y es una barbaridad verlo en movimiento. Aprovecho para comentar que cuenta con un rendimiento sólido como una roca.

En lo jugable, su base es el combate, y aquí es donde realmente brilla. Es tan satisfactorio como adictivo, con un sistema que combina dos tipos de ataque, una esquiva con su correspondiente (y muy placentero) parry, ataques especiales —las clásicas “ultis”—, objetos arrojadizos, monturas, etc. Todo se siente ágil, contundente y con ese toque de ritmo que convierte cada enfrentamiento en puro disfrute.

En cuanto a su faceta roguelike, hay que destacar que, pese al clásico sistema de muerte permanente que te obliga a empezar la aventura desde cero, Absolum consigue que cada intento se sienta significativo. En cada nueva partida podremos mejorar a nuestros personajes, lo que transmite la sensación de que todo esfuerzo cuenta y cada caída nos hace más fuertes. Todo suma en una progresión tan desafiante como gratificante.



Como en todo en la vida, la práctica hace al maestro. La repetición no solo ayuda a mejorar, sino que te enseña a leer patrones, anticiparte a los golpes y perfeccionar tus habilidades hasta poder plantar cara, de tú a tú, a cualquier enemigo que se cruce en tu camino. Sientes que estás ante un desafío duro, pero justo, que progresa al mismo ritmo que tú.

Absolum nos pone en la piel de cuatro héroes jugables: Galandra, una guerrera de espada; Karl, un enano fornido; Cider, una especie de ninja ágil y letal; y Brome, una rana hechicera con mucha personalidad. Cada uno tiene sus propias ventajas e inconvenientes, y a medida que los conoces en la historia —sobre todo a los dos últimos— se despierta una necesidad casi inmediata de probarlos y ver de lo que son capaces en combate.



Lo he jugado en solitario, pero estoy deseando probar su modo multijugador, especialmente el cooperativo local.

Desde ya es un título que siempre tendré presente para recomendar porque todo el mundo debería de probar.

Ojalá tenga su momento en la próxima gala de The Game Awards, porque se ha ganado mi voto en más de una categoría… y estoy seguro de que también el de muchos otros que decidan adentrarse en esta joya.

Returnal y Hades son los siguientes (este último por recomendación de Sergio y del que podéis leer su reseña por aquí).