Director/Directores: Steven Spielberg
Año de Lanzamiento: 1975
Género: Intriga
De vez en cuando, los cines nos dan inesperadas alegrías al reestrenar grandes clásicos que, en su día, a más de uno nos fue imposible disfrutar en pantalla grande, principalmente por no haber nacido. A lo largo de los años, he tenido la suerte de revivir películas que me sé de memoria, como por ejemplo Terminator 2, Jurassic Park y la protagonista de esta nueva reseña: Tiburón. El motivo de este regreso a la cartelera es que el gran clásico de Steven Spielberg cumple, que se dice pronto, 50 años, por lo que no quería desaprovechar la oportunidad de revivir la película que supuso un antes y un después tanto en la carrera del director como en la historia del cine. Minutos antes del inicio de la película, recibimos un mensaje especial de Steven Spielberg, quien agradeció nuestra asistencia, compartió un breve comentario sobre su experiencia rodando esta película cuando apenas tenía 27 años y explicó que esta nueva versión, con motivo del 50 aniversario, estaba remasterizada en 4K para brindar la mejor experiencia posible. Si algo está claro, es que esta película es un imprescindible para cualquier aficionado al cine, ya que está considerada una de las más influyentes de la historia por haber cambiado la forma en que Hollywood producía, distribuía y consumía películas. Su principal característica a destacar es la construcción del suspense. La tensión se genera a través de la espera y la anticipación, en lugar de recurrir a la acción directa, dejando clara la inspiración de Alfred Hitchcock. Las limitaciones técnicas y las averías constantes del tiburón mecánico obligaron al director a adoptar un nuevo enfoque, sugiriendo la presencia del depredador mediante planos cortos, subjetivos y sumergiendo la cámara bajo el agua para generar inmersión. A veces, lo que no se ve da más miedo. A pesar de los quebraderos de cabeza y los problemas rutinarios que ocasionó Bruce (así apodaron al tiburón) la verdad es que hoy sigue aguantando muy bien el tipo, transmitiendo todo lo que se logró en 1975. Los efectos prácticos resisten mejor el paso del tiempo que muchos efectos visuales, y los dos ejemplos más claros de ello que me vienen a la cabeza son, efectivamente, Tiburón y Jurassic Park. Toda esta atmósfera de suspense se ve reforzada por una banda sonora excelente que, a día de hoy, forma parte de la cultura popular. El tema minimalista de dos notas del genio John Williams se convirtió en un recurso universal para representar el peligro. Este trabajo le valió a Williams el Óscar a la mejor banda sonora. Hablando de elementos icónicos, el dolly zoom de Brody en la playa, inspirado en Hitchcock, es el ejemplo perfecto del magistral uso de la cámara subjetiva. Es increíble cómo, con tan solo un plano, Steven Spielberg logra representar y condensar los dos grandes temas de la película: el terror puro y el drama humano. En definitiva, Tiburón no es solo un clásico, sino también la película que sentó las bases del cine de masas tal y como lo conocemos hoy. Fue toda una sorpresa ver la sala llena de gente. @PeliYManta_