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THE SMASHING MACHINE

Director/Directores: Benny Safdie

Año de Lanzamiento: 2025

Género: Drama

VALORACIÓN FINAL

The Rock firma su mejor papel



Aunque no me considero un fan de la UFC, sí he visto muchos combates dentro de esa categoría. De lo que sí soy fan desde niño es de la WWE, motivo por el cual le tengo un gran cariño a Dwayne Johnson, o, como se le conocía en su etapa de luchador, The Rock.

El actor cuenta con una extensa trayectoria en el mundo del cine y es reconocido mundialmente como uno de los grandes referentes del género de acción. Sin embargo, The Smashing Machine representa su gran salto hacia el drama, de la mano del prestigioso estudio A24. Con esta película, Johnson busca iniciar una nueva etapa en su carrera, una que, según sus propias palabras, le ha cambiado la vida.

The Smashing Machine narra la historia real de Mark Kerr, una figura clave en los inicios de la UFC. La película retrata su meteórico ascenso y posterior caída en el implacable mundo de las artes marciales mixtas: una vida marcada por la ambición y el sacrificio, que le permitió convertirse en campeón en dos ocasiones, aunque no sin pagar un alto precio.

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En cuanto a su actuación, Dwayne Johnson ofrece un trabajo sobresaliente, con una interpretación intensa y exigente debido a la naturaleza de la historia que se cuenta. Logra transmitir una amplia gama de matices y detalles que enriquecen su personaje, captando la atención del espectador, incluso de aquellos que no son aficionados a este deporte. Su compromiso, tanto físico como emocional, es evidente. Al terminar la película, una de las primeras cosas que pensé fue que este es, sin duda, el mejor papel y la mejor interpretación de The Rock hasta la fecha.

El protagonismo, sin embargo, está compartido con Emily Blunt, quien interpreta a Dawn Staples, la esposa del luchador. Su presencia aporta una profundidad notable a la vertiente dramática de la historia y actúa como un excelente contrapunto a la rudeza del personaje principal.

Ella también realiza un gran trabajo, aportando una mirada esencial para comprender la psique del luchador. La química entre ambos es muy palpable, pero me hubiera gustado que la relación sentimental estuviera más desarrollada. En varios momentos se siente superficial, apoyada en los clichés de las discusiones de pareja disfuncional que se limitan a gritarse y destrozar lo que encuentran a su paso. Entiendo que la acumulación de problemas y tensiones entre ellos convierte su relación en una auténtica bomba de relojería, lista para estallar en cualquier momento, pero en ocasiones los motivos de sus disputas resultan demasiado triviales.

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La cinta se toma su tiempo para presentar y desarrollar todos sus elementos, y lo hace con acierto. Todo resulta interesante de ver, pero hay un punto de inflexión en determinado momento —del que no hablaré aquí para evitar spoilers— a partir del cual la película despega y muestra su verdadero potencial. Es entonces cuando se producen los cambios más profundos en la mentalidad y en la vida de Kerr, y comprendemos por qué su figura fue tan relevante.

Hasta llegar a ese renacimiento, es cierto que la película atraviesa un tramo más pausado, con una caída notable en el ritmo. Sin embargo, cuando esa lentitud empieza a hacerse demasiado evidente, hay un giro de rumbo que impulsa la historia hacia su tercer acto y su desenlace.

En el apartado técnico, destaca su estética noventera, con una paleta de colores muy atractiva, una fotografía granulada típica de la época y escenarios visualmente llamativos, ya que buena parte de los exteriores fueron rodados en Japón. Además, el uso de la cámara en mano aporta dinamismo y una energía frenética a las escenas de combate.

The Smashing Machine recibió una ovación de quince minutos tras su proyección en el Festival de Venecia el pasado mes de septiembre, y Dwayne Johnson ya suena como un posible candidato al Oscar a mejor actor protagonista, aunque eso está aún por verse.

Lo negativo es su rendimiento en taquilla, que está siendo bastante decepcionante. En su fin de semana de estreno apenas logró recaudar seis millones de dólares, una cifra muy baja si se tiene en cuenta su presupuesto de cincuenta millones, lo que la convierte en el peor debut comercial de la carrera del actor.

No estamos ante una obra maestra, pero sí frente a una película sólida y entretenida, que ofrece una mirada profunda y existencial al viaje interior de su protagonista. Imagen intermedia en el contenido

@PeliYManta_

Valoración individual