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PERFECT DAYS

Director/Directores: Wim Wenders

Año de Lanzamiento: 2023

Género: Drama

VALORACIÓN FINAL

Perfect Days es de esas pelis que parecen muy pequeñas, con pocos escenarios, pocos personajes y todo muy minimalista… pero que te llegan con un mensaje tan potente que te hacen parar, respirar un momento y replantearte cómo vives. Es una peli que incluso puede cambiarte, porque te toca de manera muy directa.

La historia sigue a Hirayama, un hombre japonés que trabaja limpiando baños públicos en Tokio. Su vida es muy modesta, sin lujos, con una rutina súper meticulosa que repite cada día: levantarse, lavarse, café, coche, trabajo… siempre igual. Lo curioso es que la peli te mete de lleno en ese ciclo, y ahí está lo bonito: en ver cómo lo que parece repetitivo esconde un montón de detalles y cómo los pequeños cambios o interrupciones en esa rutina, aunque de primeras parezcan una molestia, al final muchas veces se convierten en sorpresas bonitas. Hablo del argumento y lo que sucede en la película, pero creo que a todos nos pasa en mayor o menor medida, cuando algo nos rompe un poco lo que teníamos planeado, nos trastoca, pero a veces justo ahí salen los mejores recuerdos o aprendizajes del día. En la peli lo muestran muy bien con esas imágenes al final de la jornada, como si fueran sueños o flashes en claroscuros, donde se mezclan los momentos más reseñables.

Los secundarios aparecen poco, casi de pasada, pero dejan mucha huella. No están ahí de adorno, sino que aportan matices y contrastes que hacen que la rutina del protagonista se vea afectada. Y es muy interesante ver cómo lo afronta cada vez, lo que le aporta cada uno.

Un ejemplo muy claro es cuando ayuda a un niño perdido y se lo devuelve a su madre. La reacción de ella, limpiándole la mano al niño nada más tocar a Hirayama, te deja ver el lado inhumano que muchas veces tenemos, muestra perfectamente esa falta de empatía y ese clasismo que siguen existiendo. Es uno de esos momentos en los que te das cuenta de que vivimos en un mundo donde a veces cuesta dar las gracias o simplemente sonreír, vivimos completamente desconectados los unos de los otros.

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Otro punto clave es la aparición de algunos personajes que no entienden el estilo de vida de Hirayama. Al principio sienten lástima, pena o incluso cierta rabia al ver que alguien querido o cercano vive sin aparentes aspiraciones, sin ganas de progresar en lo material, sin interés por una casa mejor o un trabajo más prestigioso. Ese contraste con vidas aparentemente más cómodas o lujosas es muy fuerte, pero lo interesante es que la película poco a poco desmonta esos prejuicios. Lo que en un inicio parece tristeza o resignación se transforma en la constatación de que Hirayama es realmente feliz, mientras que otros, con más recursos, muestran un rostro mucho más apagado y amargo. La cinta lo plantea con muchísima sutileza, a través de gestos, miradas, detalles en la manera de vestir o en pequeños diálogos, sin explicártelo de forma obvia. Es el espectador quien, con esas miguitas que va dejando la historia, reconstruye la vida de cada personaje y comprende el contraste.

También me encanta cómo juega la peli con las sombras, los reflejos y la presencia del Skytree, ese rascacielos en mitad de la ciudad. Todo tiene un simbolismo muy potente, todos generamos nuestra propia sombra o aparecemos en los reflejos, esto es señal de que formamos parte de un mimso universo y que somos al final todos iguales, la vida está llena de claroscuros, de momentos de luz y de sombra, y aunque Hirayama, al igual que cualquiera de nosotros, tenga miedos, soledad o deseos, encuentra paz en gestos muy simples como fotografiar un árbol o recoger un brote de sus ramas favoritas. No necesita más y el resto de las cosas que le vienen las recibe con agradecimiento.

Y qué decir del final… aunque es previsible que acabaría mostrando algo así, resulta íntimo y brutal a nivel interpretativo, poniendo un broche perfecto. La película además casi no tiene diálogos, lo que hace que el silencio y el sonido ambiente sean parte fundamental de lo que transmite. Nuestro protagonista prácticamente no habla en toda la peli, pero logra expresar todo con sus gestos. No es casualidad que se llevara el premio a mejor actor en Cannes, porque es una interpretación estelar.

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Perfect Days me ha parecido una obra necesaria para la industria y para el ser humano. Con muy poco consigue transmitir muchísimo, tanto a nivel de cine como de mensaje vital. No creo que se intente idealizar o romantizar la pobreza, sino más bien recordarnos que muchas veces la felicidad está en las pequeñas cosas, en parar un momento y valorar lo que ya tenemos.

Todos tenemos el poder de frenarnos un momento y tener un rato agradable con nosotros mismos, solo hay que alzar la cabeza al cielo un segundo, respirar y disfrutar de algo tan simple como el movimiento de las hojas de un árbol, sonreír y agradecer a la vida las pequeñas cosas que te da y también al resto. Cualquier acto o detalle, por pequeño que sea, una sonrisa o una partida improvisada de tres en raya con un extraño, puede suponerle a alguien un momento precioso, incluso lo mejor de su día. Y ahí está la mayor riqueza que puede tener el ser humano, el poder de hacer feliz al otro, porque además nunca sabemos por lo que está pasando cada persona.



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