Director/Directores: Michael Chaves
Año de Lanzamiento: 2025
Género: Terror
Cuando se anunció el desarrollo de Expediente Warren: El Último Rito, uno de los grandes reclamos de marketing del estudio fue presentarla como la última historia, y por tanto la despedida, de Ed y Lorraine Warren como pareja protagonista dentro de la saga. Sin embargo, como suele ocurrir, la verdadera última palabra la ha tenido su rendimiento en taquilla, y lo cierto es que ha sido espectacular: se ha convertido en todo un fenómeno, logrando el mejor estreno de la franquicia con 83 millones de dólares en su debut doméstico y un total de 187 millones a nivel global en su primer fin de semana. Estas cifras, además, la consolidan como el mayor estreno de terror de 2025 y el debut internacional más grande en la historia del género, superando récords previos tanto en preventas nocturnas como en recaudación global. En Warner Bros han aclarado que, aunque esta entrega supone el cierre de la historia principal de Ed y Lorraine Warren, se trata únicamente del final de la fase 1, siguiendo el modelo de Marvel Studios. Aun así, el futuro de la franquicia permanece abierto: los productores no descartan una fase 2 con nuevos personajes, un probable mayor protagonismo para Judy Warren, más historias derivadas como las de Annabelle o La Monja, e incluso una serie en desarrollo para HBO Max que expandirá este universo de terror más allá de la saga principal. Sin embargo, no siempre un buen desempeño en salas de cine es sinónimo de calidad, así que vamos a comentar qué nos ha parecido esta Expediente Warren: El Último Rito. Sus escenas de apertura funcionan muy bien, ya que presentan un momento dramático y emotivo que sirve como gancho desde los primeros minutos, además de introducir a quien, como mencionamos antes, apunta a convertirse en la próxima gran protagonista de la saga: Judy, la hija de Ed y Lorraine. La película se estructura en dos grandes partes. Por un lado, tenemos al matrimonio Warren, en una especie de retiro, disfrutando de una vida tranquila y dejando de lado los nuevos casos paranormales para limitarse a dar conferencias. Aun así, las visiones no tardan en hacer acto de presencia tanto en Lorraine como en Judy. Por otro lado, está la numerosa familia que se convierte en víctima del nuevo objeto protagonista: un espejo que funciona como refugio demoníaco. Ambas tramas se desarrollan en paralelo para dar contexto e ir construyendo la historia hasta que, como era de esperar, terminan por converger. El problema es que la película resulta muy aburrida, y ninguna de sus líneas argumentales logra ser interesante ni antes ni después de unirse. Hay muchas escenas vacías que no aportan nada y cuando terminan dices: “pues vale”. Creo que una de las peores cosas que puede provocar este tipo de películas es que bosteces y mires la hora, y eso es exactamente lo que consigue. Al final, provoca que desconectes y te vuelvas completamente inmune a cualquier intento de susto o de generar auténtico miedo. La construcción de las escenas es buena: se juega mucho con las luces, la insinuación y los elementos en segundo plano que solo perciben los más atentos. Sin embargo, sus clímax se sienten muy, pero que muy flojos y descafeinados. Es cierto que quienes consumimos mucho cine de terror desarrollamos una especie de inmunidad, un “callo” que juega en nuestra contra porque hace más difícil que algo nos sorprenda. Aun así, este año hemos tenido varios ejemplos que sí lo han conseguido, por lo que esta explicación solo es cierta en parte. Además, como despedida, tampoco está a la altura de una dupla protagonista tan emblemática e importante dentro del género en la última década. Lo que esta película debería hacer mejor, simplemente no lo consigue, e incluso en algunos momentos roza la comedia involuntaria. Es una pena, porque, como le comenté a Sergio antes de entrar, tenía muchas ganas de verla. @PeliYManta_