Director/Directores: Ryūsuke Hamaguchi
Año de Lanzamiento: 2021
Género: Drama
Tengo la costumbre, año tras año, de ver todas las películas nominadas a los premios Oscar... independientemente de la categoría. Siempre se descubren obras que, de otra forma, sería muy difícil encontrar. Drive My Car se me pasó por alto en su día, y hoy ha sido el momento de quitarme esa espinita clavada. Tuvo su estreno mundial en Cannes, se llevó el premio a mejor guion y varias nominaciones tanto en los Oscar como en los Globos de Oro... y por lo tanto, ha recibido todos los aplausos posibles de la crítica internacional. La historia nos cuenta la vida de Yüsuke Kafuku, un obsesivo director teatral que trata de lidiar con el drama dentro de su vida personal a la vez que lidera su próxima obra teatral. Por lo que leí antes de verla, está basada en un breve relato de unas 30 páginas. Así que mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme con un metraje de tres horas… completamente injustificable. Es una película reincidente en escenas, excesivamente contemplativa y solemne, que corta de raíz cualquier intento —por forzado que sea— de provocar emoción en el espectador. Su ritmo es densísimo, y sus diálogos suenan pomposos, artificiales e impostados. Parece que en el rodaje estaba prohibido mostrar expresividad facial, pues las interpretaciones parecen querer emular a Terminator. Se trata de otorgar una complegidad emocional a sus personajes, pero falla en su intento. Todo se siente poco creíble, monótono y forzado, por lo que resulta en una indiferencia plena. No he percibido nada de esa supuesta evolución narrativa entre Yūsuke y su chófer, y eso es precisamente lo que más me decepciona. Esperaba encontrar una road movie íntima, profunda y emotiva, pero me he topado con una relación que no transmite nada, construida más desde la teoría que desde la emoción real. @PeliYManta_