BALA PERDIDA

Aronofsky baja de marcha, pero cumple

Darren Aronofsky deja a un lado la solemnidad que suele definir la mayoría de sus películas para dar paso a una historia más desenfadada y accesible. Una cinta con humor bien medido, pero sin miedo a ponerse seria y oscura cuando la situación lo requiere.

Nos encontramos ante un thriller frenético que lanza al aire una serie de interrogantes y los mantiene en vilo durante prácticamente todo el metraje, con la clara intención de retener la atención del espectador durante sus dos horas de duración. En él conocemos a Hank Thompson (Austin Butler), un exjugador de béisbol que intenta evadir la realidad y que, por hacerle un favor a su vecino cuidando de su gato, acaba arrastrado a una espiral de violencia.

La verdad es que la cinta cuenta con un gran reparto. Junto a Butler encontramos a Regina King, Zoë Kravitz, Matt Smith, Vincent D’Onofrio y Liev Schreiber. Aronofsky demuestra una vez más su dominio de la dirección actoral, probablemente el mayor punto fuerte de la propuesta. Todo el elenco se entrega a la locura del relato y logra mantener el pulso de la historia con convicción.



El ritmo, casi constante, junto a una serie de giros de guion, hace difícil que el espectador se aburra en algún momento. Tal vez sean estos elementos los que consiguen rescatar a una trama que no destaca precisamente por su originalidad o por dejar huella, pero que sí logra mantener la intriga y esa sensación de aventura.

En lo personal, la vertiente humorística no me ha terminado de funcionar. No resulta molesta ni interfiere con el tono general o el ritmo. Simplemente me sobraba.

Bala Perdida es una película ligera y pasajera, que consigue entretener, pero de la que probablemente te acabes olvidando en algún momento.

@PeliYManta_