Director/Directores: Terry Gilliam
Año de Lanzamiento: 1995
Género: Ciencia Ficción
Esta película de culto de los años noventa presenta una narrativa compleja e interesante, perfectamente medida y con una visión muy clara de qué quiere contar y cómo hacerlo. Terry Gilliam recurre aquí a los viajes en el tiempo como excusa para dar rienda suelta a un ensayo sobre la locura y las enfermedades mentales. Se nos muestra una sociedad distópica —o quizá no tanto, dados los tiempos que corren—, en la que un virus arrasa el mundo y obliga a los supervivientes a vivir bajo tierra. James Cole (Bruce Willis) es enviado al pasado para intentar evitar la catástrofe. Su misión: localizar a un grupo radical vinculado a la propagación de la enfermedad y obtener una muestra que permita elaborar un antídoto. En el camino, conocerá a un estrafalario enfermo mental llamado Jeffrey Goines (Brad Pitt), que guarda más de una sorpresa. Bruce Willis ofrece, probablemente, una de las mejores interpretaciones de su carrera, mientras que Brad Pitt consiguió una nominación al Óscar como mejor actor de reparto. Quizá lo que más me gusta de esta película es que, a pesar de contar con un elenco tan reconocido, su propuesta no es en absoluto convencional, lo que les da plena libertad para brillar. El guion es sólido y está magníficamente elaborado; por más que lo intentes, no encontrarás lagunas en esta enrevesada y compleja historia. Es una de esas películas en las que un segundo visionado se vuelve prácticamente obligatorio para apreciar todos sus matices y, ahora sí, formarse una concepción completa de la obra. Resulta sorprendente la cantidad de temas que consigue abarcar: desde síndromes como el de Cassandra o el de Estocolmo, hasta el ecologismo y la concienciación, la corrupción del sistema, el apocalipsis o los propios límites de la mente humana. En cuanto al ritmo, la película mantiene un equilibrio preciso entre acción y reflexión. Tal vez, debido a su estética, en un primer momento a algunos espectadores les cueste adentrarse en ella, pero si lo logran, quedarán atrapados hasta el final. El timing funciona y no se resiente en ningún momento. Aun así, por lo que he leído, es una cinta que tiende a polarizar al público, y no me sorprende. Resulta complicado recomendarla a según qué personas… pero ¿cuántas veces nos ha ocurrido que revisitamos una película que en su día no nos convenció y ahora nos encanta? (o al revés). Me fascina cuando suceden estas cosas, porque siento que el tiempo, al final, siempre pone todo en su sitio… ¿no? @PeliYManta_